Con lo que me cuesta dormir…

anoche no podía conciliar el sueño

la tormenta hizo demasiado ruido sobre el techo.

A pesar de eso

me levanté muy temprano con escoba en mano

para darme a la tarea de recoger las estrellas tiradas en el suelo.

Anoche cayeron pedazos de estrellas,

estrellas completas,

no se puede andar por el patio,

mi coche destrozado.

Aún cuelgan algunas del cielo

tal vez debo esperar a que todas terminen de caer

nunca vi aquello jamás.

Al empezar a barrerlas se me ha llenado la garganta de llanto:

qué clase de viento les habrá bajado del cielo.

Mi perro juega entre ellas,

sueños arrancados del mismísimo cielo,

amaneceres brillantes en mi patio.

En esta casa nada es mío en realidad

quizás me adueñe al menos de esta ventana,

tengo una cama pequeña,

un vientre vacío esperando que alguien lo habite

y sábanas frescas.

Vivo en la ciudad que gime,

y habito una casa con un patio lleno de residuos de estrellas.

Previous post Biblioteca Julio Cortázar
Next post In Memoriam, Roberto Sosa

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *