Al despertar por la mañana, cómo te sientes, eso eres. Si tienes claro el camino del día. Si tus intenciones son las de hacer bien cada cosa que toca, si envías luz y amor a todos los que amas, tanto los que estén a tu lado, como los que viven lejos o en otra dimensión. Si tienes claro que los conflictos son inevitables. Si sabes que siempre habrán personas negativas, entonces es a esas personas a los que debes amar más: guardar distancia, respetarles y amarles. No es necesario sonreír permanentemente para comprender que efectivamente eres feliz, sin embargo, si eres capaz de sonreír la mayor parte del día, entonces, entendiste todo.
No es el resumen de tu CV el verdadero resumen de tu vida, sabes que no, y por eso cuando llegas con ilusión a tu trabajo a aportar, a aprender, o cuando intentaste demostrar en aquella entrevista de trabajo que tienes lo que otros no tienen, aunque no eres perfecto pero que eres un proyecto inacabado en camino de construirse como el mejor plan urbano, en donde transitan en vital desorden el amor, las energías, las desventuras, las tristezas, porque al fin y al cabo tienes la convicción de que eres una combinación perfecta del universo, con un poco de amor del de tu madre, un poco de orden de tu padre, un poco de azúcar de tu abuela, y un poco de inteligencia que afortunadamente Dios te dio, entonces, si el brillo de tus ojos y tus palabras no fueron percibidas en la última entrevista de trabajo o si tu jefe no lo descubrió, no te preocupes, siempre hay un plan mucho más perfecto para ti que es más trascendental que las pequeñas infamias laborales cotidianas.